MAS ALLA DEL UNIFORME


ESTACIONES EN MI CAMINO 

Hacer esta infografía fue como abrir un álbum de recuerdos que tenía guardado en la mente. Comencé recordando mi infancia, esos días simples en los que la mayor preocupación era a qué juego íbamos a jugar en el recreo o qué caricatura pasaban en la tarde. Luego, llegó la pandemia, y todo cambió: las clases desde casa, las videollamadas con amigos y la sensación de que el tiempo pasaba diferente. Fue un momento para aprender a estar conmigo mismo y descubrir que, incluso en el encierro, podía encontrar nuevas formas de divertirme.

Hoy, mirando el presente, veo cómo todo eso me ha hecho quien soy. Mis hobbies, mis metas y la forma en la que veo el mundo llevan un poquito de cada etapa. Esta infografía no es solo un conjunto de imágenes y colores: es un mapa de mi camino, de lo que sentí y aprendí en cada momento, y de cómo sigo construyéndome día a día.

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CON ELLOS, TODO ES MEJOR

Hacer esta infografía fue como poner en papel lo que normalmente solo se siente. Pensar en el combo ese grupo que hace que las clases sean más llevaderas y los recreos más cortos de lo que parece me hizo darme cuenta de cuánto valoro a cada uno. Mientras diseñaba, no solo recordaba las risas y las anécdotas, también pensaba en esas cualidades que los hacen especiales: la paciencia de uno, la creatividad de otro, la forma en que siempre hay alguien dispuesto a escuchar.

Cada color, cada ícono y cada palabra que puse en la infografía tenía un sentido. No era solo decoración, era mi forma de decirles “los admiro” sin tener que hacer un discurso frente a todos. Al final, este trabajo no fue solo una tarea escolar; fue un recordatorio de que las personas con las que compartimos el día a día dejan huellas, incluso cuando no nos damos cuenta.

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ASI SE VIVE AQUI


Hacer esta infografía fue como caminar de nuevo por cada rincón del colegio ya que uno tambien veia el versus de cada bloque, pero con la mente y el corazón puestos en los detalles. Comencé por el salón, ese lugar donde compartimos tantas clases, bromas y silencios incómodos antes de un examen. Luego pasé a los compañeros, que no son solo nombres en la lista, sino parte de las historias que vivimos día a día.

Recordar el PAE me trajo el olor de los almuerzos y el sonido de las charlas entre bocados. La zona de recreación apareció en mi mente llena de risas, carreras y partidos improvisados. También pensé en las asignaturas: algunas que nos apasionan, otras que nos ponen a prueba, pero todas que nos dejan algo.

No podía faltar el camino al colegio, con su mezcla de rutina y pequeñas sorpresas, ni el momento de ingreso, cuando la jornada apenas empieza y el día está lleno de posibilidades. Incluso los baños, aunque parezca extraño, son parte de la vida escolar: desde el lugar para una charla rápida hasta el refugio improvisado antes de una exposición.

Esta infografía terminó siendo más que imágenes y textos; es un mapa emocional de mi vida en el colegio, una manera de guardar y compartir esos espacios que forman parte de mi historia.

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